12 porciones
Lavar y quitar las hojas a las frutillas, reservar 1 taza para decorar.
Partir las frutillas en láminas, ponerlas en un bol, agregar el zumo de naranja y unas 4 cucharadas de azúcar. Mezclamos muy bien y la dejamos macerar en el refrigerador.
En otro recipiente mezclar el queso crema y yogurt natural, agregar el extracto de vainilla y azúcar a gusto. Con la ayuda de la batidora, batimos hasta que veamos que la mezcla está espesa y se forman ondas en la superficie. Llevar al refrigerador 10 minutos.
Entre tanto preparar un molde rectangular de 30 cm de largo. Cortar una lámina de film plástico de cocina y forrar el interior del molde, la lámina de film debe ser suficientemente larga, para que sobresalga unos 10 cm hacia los lados más estrechos del molde. Este paso es muy importante, porque así se desmoldará más fácil.
Sacar las fresas del refrigerador, poner la mitad en un recipiente y con la ayuda de una licuadora, moler la mitad de las frutilla.
Ahora rellenar el molde: primero una capa de la mezcla de queso crema más o menos de 2 cm; en seguida una capa de frutillas en láminas y la mitad del puré de frutilla; a continuación una capa de galleta; luego nuevamente la mezcla de queso crema, frutillas, puré; y por último finalizar con las galletas. Debería sobrar un poco de la mezcla de queso crema para decorar.
Para terminar, doblar los extremos sobrantes del film plástico. Llevar al congelador por 6 horas para que tenga consistencia adecuada y se pueda desmoldar sin problema.
Cuando esté helada nuestra terrina, con la ayuda de un cuchillo repasar todo el borde de la tarta, procurando no romper el plástico. Poner la tarta boca abajo y caerá sola la terrina.
Decorar con las frutillas que reservamos.
