Salpimentar las panitas y dejarlas reposar.
En un sartén a fuego alto calentar el aceite, agregar las panitas y dorarlas un par de minutos hasta sellarlas. Bajar el fuego a temperatura media, agregar las chalotas, tomillo, sal, pimienta y revolver. Añadir el vino para flambear la mezcla, cocinar unos 10 minutos a fuego bajo. Traspasar al recipiente de una minipimer y procesar la mezcla hasta conseguir una pasta homogénea.
Reservar a temperatura ambiente hasta enfriar y traspasar a un bol. Añadir la mantequilla -previamente sacada del refrigerador para que esté blanda– y, con un mezquino, revolver la mezcla, cuidando que no queden grumos, hasta conseguir una pasta homogénea.
Traspasar a un pocillo o molde bajo, cubrir con film plástico y refrigerar.
Se prepara idealmente de un día para otro para que alcance buena textura. Es un paté fresco, así que no dura más de tres días en el refrigerador.