Disuelve la levadura con la mitad de la leche tibia. Aparte, mezcla 75 g de mantequilla ablandada con el azúcar y la leche restante. Agrega la mezcla de leche y levadura, y remueve. Añade después las harinas tamizadas y la sal, y amasa 5 o 6 minutos hasta que esté elástica. Tápala y déjala reposar 1 hora, hasta que doble su volumen.
Estira entonces la masa con un rodillo, sobre papel sulfurizado, dándole forma cuadrada, y reparte sobre ella la mitad de los frutos rojos lavados y secos. Divídela en dos partes, enrolla cada una por separado y luego entre ellas.
Coloca la masa en los moldes que quieras usar untado con mantequilla y reserva 50 minutos. Pincela la superficie con la yema batida mezclada con 1 cucharada de agua y añade el resto de los frutos rojos lavados.
Deja cocer de 35 a 40 minutos en el horno precalentado a 180o. Retira, reserva unos minutos y desmolda. Deja enfriar sobre una rejilla decóralo a tu gusto y está listo para comérselo.