En una olla poner a calentar el agua con una pizca de sal y cuando rompa el hervor verter en forma de lluvia la polenta, revolviendo siempre con cuchara de madera. Cocinar hasta que espese.
Poner la polenta sobre un molde rectangular, forrado con papel de aluminio, y estirar hasta que quede de 2 cm de espesor. Dejar enfriar mínimo 1 hora.
Luego cortar la polenta en rectángulos de 7 x 3 cm y grillarlos por ambos lados en un sartén caliente. Reservar.
Cortar el quesillo y las frutillas en cuadraditos pequeños igual que el ají. Mezclarlos, agregar aceite de oliva y salpimentar a gusto.
Poner la mezcla de frutillas, ají verde y quesillo sobre cada bruschetta de polenta y servir.